La fama en España le llegó a Daniel Sancho por la vía del horror

A diferencia de su padre y su abuelo, dos actores reconocidos, el rostro de Daniel Sancho se ha popularizado en España por el asesinato y descuartizamiento de un médico colombiano en Tailandia.
Según la policía tailandesa, Sancho llegó a Tailandia el lunes 31 de julio y el jueves 3 de agosto, tres días más tarde, aparecían en un basurero los restos de su víctima: el cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta Arteaga, de 44 años, con el que se le había visto pasear en moto por la isla, según unas imágenes de cámaras de seguridad.
La policía dijo que los motivos del asesinato no estaban claros, pero lo consideró «premeditado».
Desde que el caso trascendió, el sábado 5 de agosto, hace ahora una semana, la imagen de este hombre de 29 años, de melena rubia rizada y aires saludables, de surfero californiano, llena los medios españoles, ayudada por la escasa actualidad política o deportiva del mes de agosto.
Las crónicas de los numerosos enviados especiales españoles a Tailandia han transportado a la opinión pública por los principales escenarios de esta historia: el bungalow en el que ocurrieron los hechos, la hermosa isla de Koh Pha Ngan y también su cárcel.
Los medios españoles difunden una y otra vez las imágenes del hombre esposado reconstruyendo los hechos con la policía, han entrevistado a la hermana de la víctima, al policía encargado del caso, a la mujer que le alquiló la moto a Sancho, a un compañero de escuela suyo -que no le dejó en buen lugar: «era narcisista y arrogante», dijo a la televisión Cuatro- y a los abogados.