Pandillas azotan la parte central de Haití

Las pandillas están invadiendo la región rural central de Haití, asfixiando una zona antes pacífica que servía de granero al país pero que ahora está plagada de secuestros, asesinatos y violaciones, según un informe de la ONU presentado ayer martes.

Solamente un puñado de poderosas pandillas operan en la parte sur del departamento de Bajo Artibonito, ubicado al norte de la capital, Puerto Príncipe, pero han devastado numerosas comunidades donde la presencia de policía e instituciones básicas de gobierno es escasa, dijo la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

“Reina el miedo en el Bajo Artibonito, donde se cometen casi a diario asesinatos, violencia sexual, robo, destrucción de propiedades y otros abusos contra la población”, afirmó el informe.

Más de 1,690 personas han sido asesinadas y más de 1,118 secuestradas en esa región desde enero de 2022 hasta octubre de 2023, según la ONU. La violencia de las pandillas obligó a otras 22,000 personas a abandonar sus casas, más de la mitad de ellas niños, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones.

ROBO DE COSECHAS Y GANADO

Las pandillas también han robado cosechas y ganado, bloqueado los sistemas de riego y asaltado las tierras agrícolas, obligando a los campesinos empobrecidos a pagar para acceder a ellos, indicó la ONU.

A abril de este año, cerca de 5,000 hectáreas (12,000 acres) de cultivo se habían perdido porque los campesinos fueron obligados a huir, según el Programa Mundial de Alimentos. Como consecuencia, el número de personas que pasan hambre se ha disparado, y casi la mitad de la población de Artibonito —unos 1.7 millones de personas— está en riesgo de hambruna.

La ONU indicó que la situación en la región central de Haití necesita de una respuesta rápida y expresó su preocupación por el retraso del despliegue de una fuerza armada extranjera liderada por Kenia, que fue aprobada el mes pasado por el Consejo de Seguridad de la ONU para ayudar a la nación caribeña a restablecer el control sobre la violencia de las pandillas.

“Las consecuencias son desastrosas para las poblaciones afectadas, pero han provocado una reacción demasiado escasa por parte de las autoridades nacionales y los actores internacionales”, señala el informe. “Cuanto más se tarde en desplegar una fuerza internacional especializada, más contundente tendrá que ser la respuesta”.

A principios de este mes, un tribunal de Kenia prorrogó el bloqueo del envío de policías a Haití a pesar de que el Parlamento ya había aprobado el despliegue.