Pedro Lima, exjesuita de Bolivia: «Me expulsaron por hablar de los casos de pedofilia»

Mientras los casos de denuncias a pederastas en el seno de la iglesia católica sigue aumentando día a día, Monseñor Jordi Bertomeu, uno de los principales investigadores de delitos sexuales del Vaticano, ya ha llegado a Bolivia como enviado especial del papa Francisco. El presidente Luis Arce había enviado una carta al pontífice en la que le pidió revisar los antecedentes de los religiosos.

Por su parte, la Conferencia Episcopal Boliviana señaló que la visita de Bertomeu no está directamente relacionada con las recientes denuncias, sino que había sido planeada con anterioridad para analizar «los avances en el campo de la cultura de la prevención» promovida por el Vaticano.

Sin embargo, actualmente Bertomeu se centra en indagaciones de este tipo. Llegó a suelo boliviano procedente de Paraguay, donde había estado investigando acusaciones similares contra funcionarios de la Iglesia. El experto ya había estado a cargo, en 2018, de una pesquisa sobre abusos cometidos por sacerdotes contra menores en Chile.

Pedro Lima, el exjesuita que llegó a Bolivia para destapar y revelar detalles de abusos deshonestos ejecutados por religiosos del catolicismo, ha aportado su testimonio en la antena de RFI: «La molestia es que yo hablaba de los casos. Me dijeron que los trapitos sucios se lavan al interior (…) La respuesta fue que me expulsaron».

Lima fue jesuita entre 1992 y 2001. Pasó como novicio y maestro por varias ciudades (Oruro, Cochabamba y Sucre). En todas ellas relata que fue testigo de los abusos. Lima, quien declaró ante el ente acusador el lunes 22 de mayo, acusó a tres jesuitas de encubrir los presuntos abusos. (Escuche el audio de este artículo). Los abusos que presenció sucedieron a finales de los años noventa, en Sucre, cuando Lima era docente de la orden.

Pedro Lima apunta directamente un nombre «muy poderoso» en la antena de RFI: el de Marcos Recolons, por entonces un alto cargo de la orden en Bolivia que unos años más tarde llegaría a la cúpula de la orden en el Vaticano. «Me llamó Recolons para decirme que la compañía me sanciona y me cortaba la financiación [de los estudios] porque seguía hablando de los casos de pedofilia. Fue una forma de acallarme»

«Tenemos conocimiento de que aún hay casos muy graves, que la opinión pública no tiene conocimiento, pero vamos a ir expresando para que también se amplíen» señala Lima.