Abinader recurre a vieja práctica de combinar lo oficial con lo político

Para cumplir con sus dos funciones, de gobernante y candidato presidencial, Luis Abinader, ha recurrido a la vieja práctica de combinar los actos oficiales con las actividades políticas.

Por un lado, asiste en su condición de presidente de la República a los eventos estatales, y por otro acude a los políticos, con lo que busca su repostulación en el cargo.

Este domingo, el mandatario estuvo en el acto de proclamación como candidato presidencial del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que se celebró en el Coliseo Teo Cruz, en el Centro Olímpico de la Capital. Culminada la actividad, el presidente se despojó del traje político para ponerse el de jefe de Estado y encabezar el lanzamiento de la «Navidad del Cambio», en el sector San Carlos.

Posteriormente, se trasladó a San Luis, asumiendo de nuevo su rol de mandatario, para el acto de entrega de 400 apartamentos del Ministerio de la Vivienda (Mived).

Lo mismo ocurrió el pasado sábado, cuando el gobernante repitió igual dinámica. Fue a su proclamación y escogencia como candidato presidencial, por los partidos Alianza Por la Democracia (APD) y Misión Amplia Alianza Sociopolítica (MAS), acto que se celebró en el Pabellón de Esgrima Juan Pablo Duarte del Centro Olímpico.

Luego, inauguró las escuelas Rubén Darío y primaria Buenas Nueva, ambas en el municipio Los Alcarrizos. También, el jefe de Estado entregó 400 apartamentos en el Residencial Don Antonio, en los Bajos de Haina.

Conforme a sus agendas, la combinación y el ritmo de lo oficial con lo político se mantiene, con mayor intensidad los fines de semana.

Vieja práctica

Abinader está empleando una práctica que han utilizado sus antecesores Joaquín Balaguer, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, quienes compartían su rol de presidente con el de candidato.

En el 2012, Fernández hacía la combinación, pero para apoyar el binomio Medina y Margarita Cedeño.

Lo que dice la ley

La Ley de Régimen Electoral, 20-23, obliga a todos los empleados públicos de los ayuntamientos y órganos autónomos del Estado que sean candidatos a un puesto de elección popular a tomar licencia durante el período de campaña electoral.

Establece que «desde el momento en que su candidatura sea aceptada por la Junta Central Electoral (JCE) o la junta electoral correspondiente, quedará(n) suspendidos en sus funciones, sin disfrute de sueldo, hasta el día siguiente de las elecciones».

Aplican algunas excepciones

Se exceptúa de la licencia obligatoria a quienes al momento de la admisión de sus candidaturas ocupen cargos electivos, como son los casos del presidente de la República, vicepresidente, los senadores, los diputados, los alcaldes, los regidores y los directores y los vocales de juntas de distritos municipales. No obstante, la Ley 20-23 de Régimen Electoral advierte que: «Los funcionarios que ocupen cargos electivos no podrán, en las actividades propias de sus funciones, realizar manifestaciones o actividades de carácter proselitista».